El expresidente de Estados Unidos, Joe Biden, de 82 años, está recibiendo radioterapia y tratamiento hormonal para enfrentar un cáncer de próstata agresivo, según confirmó este sábado su portavoz a la agencia AFP.

El líder demócrata, que en julio de 2024 se retiró de la contienda por la reelección debido a complicaciones de salud, ya había revelado en mayo que el cáncer presentaba metástasis óseas. Su diagnóstico obtuvo una puntuación de 9 en la escala de Gleason, que mide la agresividad de los tumores de próstata hasta un máximo de 10.

“Como parte de un plan de tratamiento para el cáncer de próstata, el presidente Biden se somete actualmente a radioterapia y tratamiento hormonal”, precisó el portavoz.

Una batalla médica y política

El expresidente había mantenido bajo reserva los detalles de su enfermedad durante varios meses, mientras continuaba cumpliendo compromisos públicos y políticos. Sin embargo, la evolución del cáncer obligó a modificar su rutina y alejarse de la vida política activa.

En paralelo, cercanos a su entorno aseguraron que el exmandatario “mantiene el ánimo alto y el compromiso con su recuperación”.

La noticia ha generado muestras de apoyo desde distintos sectores en Estados Unidos, donde Biden sigue siendo una figura central del Partido Demócrata y un símbolo de resistencia política.

De igual forma, este caso pone una vez más en la mesa el debate sobre la salud de los líderes políticos y la necesidad de transparentar diagnósticos cuando se trata de cargos de alta responsabilidad.