El entrenador argentino Ricardo Gareca confirmó oficialmente el fin de su ciclo al mando de la selección chilena, tras la derrota 2‑0 ante Bolivia en El Alto, resultado que selló la eliminación de Chile de la ruta al Mundial 2026, dejando al equipo en el último lugar.

En la conferencia de prensa realizada en el estadio, Gareca destacó que la decisión fue acordada junto a su cuerpo técnico y los altos mandos de la ANFP.

“Queremos descomprimir la situación… intentamos pelear hasta el final”, señaló, mostrando su compromiso hasta el último minuto. También aclaró que en ningún momento influyó un tema económico: “Jamás … le he hecho juicio a nadie”, descartó cualquier conflicto salarial .

Gareca también expresó su gratitud hacia todos los estamentos del equipo, desde los jugadores hasta el personal de utilería y prensa en Pinto Durán. Destacó que, pese a los malos resultados, siempre existió un trato respetuoso y una convivencia valiosa.

“Quiero agredecer a los muchachos, a los jugadores, a los dirigentes que nos respaldaron y quiero dejar en claro que nunca hubo un tema económico porque jamás, en ningún lado le he hecho juicio a nadie”, afirmó el DT.

El entrenador admitió que hubo diferencias en el camino, pero destacó que en todo momento contó con el respaldo institucional. “No tengo absolutamente nada que decir” respecto de ese respaldo .

La derrota frente a Bolivia no solo significó el cierre del proceso clasificatorio: dejó a Chile sin opciones para alcanzar la repesca o ir al Mundial, consolidando el lugar de la Roja como colista sudamericano con apenas 10 puntos. Fue el tercer mundial consecutivo que Chile no podrá disputar: Qatar 2022, Canadá‑EE.UU.‑México 2026 y el ya asegurado fracaso actual.

Durante su gestión (enero 2024‑junio 2025), Gareca solo obtuvo una victoria en eliminatorias, ante Venezuela, y su ciclo estuvo marcado por cambios profundos, como las salidas de figuras claves como Arturo Vidal y Claudio Bravo, pero sin lograr revertir el rumbo.

Con su salida, Gareca evita que la Federación pague una millonaria indemnización –que superaría los 3 millones de dólares– al presentar su renuncia voluntaria, dejando además una crisis estructural en el fútbol chileno.