Un estudio liderado por la ingeniera agrónoma Alejandra Vargas encendió las alarmas en la Región de Valparaíso: el arbolado urbano está envejecido, mal mantenido y representa un riesgo real para las personas y la infraestructura, en especial el tendido eléctrico. El informe, encargado por el Grupo de Empresas Chilquinta, analizó árboles en 34 comunas y reveló una realidad preocupante: muchos de ellos tienen daños internos severos y podrían colapsar ante eventos climáticos intensos.

Según dio a conocer Meganoticias, la experta, magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente de la Universidad Católica, fue difícil encontrar árboles en buen estado. “En todas las situaciones encontramos árboles en muy malas condiciones. Están envejecidos y algunos solo se sostienen por una cáscara”, dijo con preocupación.

La madera seca, sin firmeza, se convierte en una amenaza latente: “Está en altura y puede caer sobre las personas, los cables, la infraestructura, son riesgos múltiples que no se ven a simple vista, porque el árbol por fuera puede estar verde”, advirtió Vargas.

Lo que sigue es un llamado urgente a cambiar el enfoque: “Se necesitan nuevas prácticas de arboricultura, con buena selección de especies, elección correcta del lugar y formación técnica desde que los árboles son jóvenes”, planteó.

El informe incluyó un análisis aleatorio en comunas como Valparaíso, Viña del Mar, Quilpué, San Antonio, Limache, Quillota, El Quisco y muchas otras, evidenciando que el problema es generalizado y no exclusivo de ciertas zonas.

En paralelo, Vargas destacó que los árboles deben evaluarse periódicamente y, cuando sea necesario, retirarse a tiempo: “Un árbol puede matar a una persona si cae con fuerza, por el peso que tiene”, enfatizó.

Esto se suma a un contexto de eventos climáticos cada vez más intensos, que aumentan el riesgo de caída de ramas o troncos enteros sobre cables de luz, viviendas o peatones. La experta insistió en que no se trata solo de estética urbana, sino de seguridad pública.