sábado 24 mayo de 2025 | Publicado a las 6:15 pm · Actualizado a las 6:15 pm
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Alerta en el SHOA: Cinco boyas de tsunami están dañadas
Un reportaje reveló que estas boyas han fallado por desgaste, fauna marina e incluso por cortes intencionales. Las reparaciones ya superan los $2.600 millones.

Una denuncia inquietante encendió las alarmas este viernes: las cinco boyas DART que tiene la Armada para detectar maremotos en las costas de Chile han sufrido fallas técnicas, daños por la fauna marina y hasta actos de vandalismo. Así lo reveló un reportaje de La Tercera que accedió a información oficial del SHOA mediante transparencia. Los desperfectos comprometen la capacidad del país para reaccionar ante un tsunami.
Según los datos revelados, las boyas están instaladas frente a Iquique, Mejillones, Caldera, Pichidangui y Constitución. Todas han registrado problemas: en algunos casos por desgaste natural, y en otros por intervención humana. La boya de Iquique ha fallado cuatro veces. En Mejillones, desconocidos cortaron su línea de anclaje al menos en dos ocasiones. Lo mismo ocurrió con la boya de Caldera, que también fue dañada por terceros.
Pichidangui ha presentado fallas al menos cinco veces y la boya de Constitución también fue vandalizada, además de registrar problemas técnicos recurrentes.
Esto se suma a los elevados costos asociados a su mantención. Las boyas de Iquique y Caldera fueron adquiridas por el Estado a un precio de US$ 600.000 cada una (más de $566 millones actuales). Las otras tres fueron donadas por Estados Unidos. En total, las 17 reparaciones que han requerido estos dispositivos han costado al Estado más de US$ 1,6 millones. Sumando compras y arreglos, la cifra supera los US$ 2,8 millones (más de $2.651 millones).
Cada intervención implica una operación costosa. Según el informe, los gastos oscilan entre US$ 74.765 y US$ 124.785, es decir, entre $70 y $117 millones por operación.
En paralelo, preocupa que parte de estos daños no hayan sido producto de condiciones naturales, sino de intervenciones humanas, lo que plantea serias dudas sobre la seguridad y vigilancia de estos instrumentos clave para la alerta temprana en un país sísmico como Chile.