Un hombre que opera desde Quilpué está vendiendo agua de mar embotellada a través de redes sociales y un sitio web, asegurando que puede curar el cáncer y otras enfermedades. El producto, llamado Sana Dictino, se comercializa desde los $15 mil y ha generado una fuerte alerta por parte del Instituto de Salud Pública (ISP) y expertos en toxicología y oncología.

Lo que sigue es un fenómeno que ya ha puesto en riesgo a muchas personas: productos milagrosos sin respaldo científico. En este caso, el agua de mar se presenta como solución para enfermedades graves, con promesas como “desintoxicar el cuerpo” o “restaurar la salud hasta en un 100%”. Sin embargo, no tiene autorización sanitaria y podría provocar graves daños.

No cuenta con utilidad terapéutica demostrada”, dijo con claridad Juan Roldán, jefe de Farmacovigilancia del ISP. El organismo fue enfático: sólo los medicamentos con autorización del ISP pueden anunciar beneficios para la salud. “El llamado a la población es a no dejarse engañar”, agregó.

Desde el Centro de Información Toxicológica de la UC (CITUC), Juan Carlos Ríos advirtió que una sobredosis de agua de mar puede causar “alteraciones cardiovasculares, falla renal o incluso convulsiones”.

Esto se suma a las palabras del doctor José Miguel Bernucci, director de prevención del cáncer en la Fundación Arturo López Pérez, quien advirtió que este tipo de productos “pueden ser totalmente contraproducentes”.

Por otro lado, la doctora Francisca Torres, oncóloga clínica de la Universidad de Los Andes, subrayó que no existe evidencia científica que respalde el consumo de agua de mar con fines terapéuticos y que puede incluso representar un riesgo desde el punto de vista infeccioso.

“Siempre que un paciente tenga dudas sobre una terapia, debe consultar con su médico”, concluyó la especialista.