Este sábado, en el marco de la junta nacional del partido, el presidente de la Democracia Cristiana (DC), Alberto Undurraga, depuso su candidatura presidencial, marcando un nuevo giro en el escenario político de la centroizquierda chilena.

La decisión del ahora expresidenciable se da tras diversos cuestionamientos internos dentro de la colectividad, que manifestaron reparos a su postulación. A ello se sumó la resolución del Tribunal Supremo del partido, que durante el fin de semana anterior resolvió bajarla formalmente. ¿La razón? Undurraga no logró alinear al Socialismo Democrático para participar en una primaria separada del Frente Amplio y el Partido Comunista.

A través de un comunicado público, Undurraga expresó que «no están las condiciones partidarias para que exista una candidatura presidencial. No se trata de mí, se trata del PDC, y de cuidarlo».

Agregó que “si bien la estimación es que si se pone en votación sería aprobada por mayoría, ello no es suficiente. Lo visto en estos días y los anteriores es un mal presagio para el despliegue y desarrollo de una candidatura y no voy a exponer al PDC a un desangre”.

El clima interno del partido, según dijo, no permite sostener una candidatura presidencial. “Tenemos camaradas con cargos y al Tribunal Supremo haciendo declaraciones por la prensa, que van más allá de sus atribuciones. Se suman diversas declaraciones negativas de grupos de camaradas y ofrecimientos de apoyos de camaradas a otras candidaturas”, apuntó.

Finalmente, propuso que el PDC tome su decisión definitiva después de las primarias del oficialismo, argumentando que “hay candidaturas que no pueden ser apoyadas por el PDC en caso de ganar”. Agradeció también a quienes lo apoyaron durante el proceso.