Este martes, el diputado Andrés Giordano y representantes sindicales del comercio expresaron su rechazo a parlamentarios del Partido Republicano y sectores de derecha que bloquearon el acuerdo necesario para discutir con urgencia el proyecto que busca declarar el Viernes Santo como feriado irrenunciable.

El proyecto, que recientemente fue declarado admisible por la Cámara de Diputadas y Diputados, superando inicialmente los cuestionamientos sobre su viabilidad, avanzaba hasta que, durante la sesión de esta jornada, algunos parlamentarios bloquearon el acuerdo en sala necesario para su discusión urgente.

Giordano, impulsor de la iniciativa, lamentó que a pesar de haber sido declarado admisible, el proyecto no pudo avanzar. “Este proyecto fue considerado jurídicamente defendible, políticamente necesario y socialmente justo”, subrayó. Sin embargo, denunció que la intervención del Partido Republicano y algunos parlamentarios de derecha impidió que el proyecto fuera tratado durante la sesión de este martes.

El diputado fue claro al responsabilizar a los opositores del bloqueo: “Si este proyecto no se convierte en ley antes de este Viernes Santo, será única y exclusivamente responsabilidad de aquellos parlamentarios que se opusieron a un acuerdo que ya había sido alcanzado”, concluyó.

Desde el sector sindical, las reacciones fueron contundentes. Mauricio Acevedo, vocero de Conatracops y Atcomer, expresó el rechazo de los trabajadores al bloqueo del proyecto: “Los trabajadores no olvidaremos esto. Este año de elecciones les vamos a pasar la cuenta”, afirmó. Además, adelantó que se llamará a no acudir a los puestos de trabajo ese día, considerando que los centros comerciales no abren tradicionalmente el Viernes Santo.

Por su parte, Sergio Fuentes, representante de Federación Jumbo Chile, acusó a la extrema derecha de no defender los derechos de los trabajadores, asegurando que “los trabajadores debemos estar atentos a no retroceder en derechos adquiridos”.

El proyecto busca consagrar el Viernes Santo como feriado irrenunciable para los trabajadores del comercio, protegiendo una tradición laboral y religiosa que ha sido respetada por más de veinte años, pero que ahora enfrenta riesgos por decisiones tomadas por grandes conglomerados del retail.