El Gobierno respaldó la decisión de Metro de Santiago de cerrar el acceso por Avenida La Paz de la estación Cal y Canto, debido a los constantes problemas de delincuencia, incivilidades y comercio ambulante ilegal que afectan al sector.

La ministra del Interior, Carolina Tohá, señaló que la medida es parte del esfuerzo por recuperar espacios públicos y enfrentar la crisis de seguridad.

“Es una zona histórica de nuestra ciudad, con un patrimonio gigantesco, lleno de hitos de gran valor urbano, y sin embargo, uno pasa por ahí y da solamente pena”, declaró la autoridad, enfatizando que la intervención es necesaria para evitar que el deterioro siga avanzando.

Un punto crítico de inseguridad

El acceso de Avenida La Paz se ha convertido en un foco de delitos y comercio informal, afectando el tránsito de pasajeros en una de las estaciones más concurridas de la Línea 2.

El alcalde de Santiago, Mario Desbordes, explicó que la decisión responde a la baja afluencia de usuarios en ese sector, motivada por el temor a la delincuencia. “La gente no se atreve a ir porque a las 7 de la tarde empieza el ‘mall de la cocinería ilegal'», advirtió.

Además, enfatizó que detrás de este fenómeno hay redes organizadas que lucran con la venta de alimentos en la vía pública. “El dueño del carro que hace la fritanga no es el que está operando el carro, no es un señor que no tiene pega”, afirmó Desbordes.

Plan de recuperación del espacio público

El cierre del acceso forma parte de un plan de intervención en el sector, que busca mejorar la seguridad y recuperar el orden urbano.

Tohá recordó que la problemática no es nueva y que, desde su gestión como alcaldesa de Santiago, el sector ya presentaba graves conflictos. “El piquete del Metro que está ahí es del 2015 y ha sido un factor de deterioro que ha facilitado la presencia de incivilidades y comercio informal”, señaló.

El alcalde Desbordes aseguró que espera ver avances significativos en un plazo de seis meses, con medidas concretas para recuperar el entorno de la estación.