En su primer día como presidente, Donald Trump anunció la designación del grupo venezolano Tren de Aragua y la mara salvadoreña MS-13, como organizaciones terroristas extranjeras.

Durante su discurso inaugural, Trump subrayó su compromiso de combatir la migración ilegal y erradicar redes criminales en suelo estadounidense.

“Usaremos todo el poder de las fuerzas del orden para eliminar estas amenazas de nuestro territorio”, declaró Trump, haciendo referencia a una ley de 1798 que autoriza acciones contra enemigos extranjeros.

La nueva administración anunció medidas que incluyen la expulsión de miembros de esta banda, descrita como una “fuerza armada irregular del gobierno de Venezuela”. Estados Unidos acusa al Tren de Aragua de delitos como trata de personas, homicidios y tráfico de drogas.

Además, ofrece una recompensa de 5 millones de dólares por información que conduzca a la captura de su líder, Héctor Rusthenford Guerrero, alias El Niño Guerrero.

El fiscal general venezolano, Tarek William Saab, expresó su disposición a retomar la cooperación penal con EE. UU. para extraditar a miembros de estas organizaciones. Sin embargo, el panorama es complejo, dado el historial de tensiones diplomáticas entre ambos países, especialmente tras la ruptura de relaciones en 2019.

Trump ha reiterado su intención de imponer penas severas, incluida la pena de muerte para quienes cometan asesinatos en EE. UU. Como parte de esta estrategia, el mandatario busca fortalecer las fronteras y combatir lo que describe como una “invasión criminal extranjera”.

Cabe señalar que el Tren de Aragua, ha sido señalado por Venezuela como desmantelado tras operaciones en 2023, pero a pesar de aquello, el grupo mantiene presencia en varios países de América Latina, entre ellos Chile.