En una solemne y emotiva ceremonia, el académico y exrector de la Universidad de Valparaíso Agustín Squella recibió la calidad honorífica de profesor emérito de la institución.

El acto se llevó a cabo en el aula magna Victorio Pescio Vargas de la Facultad de Derecho y fue encabezado por el presidente de la Junta Directiva, Gerardo Donoso; el rector, Osvaldo Corrales; el prorrector, Christian Corvalán; la secretaria general, Nicole Selamé; la fiscal general, Daniela Montecinos; la decana (s) de la Facultad de Derecho, Inés Robles; el secretario (s) de la Facultad de Derecho, Claudio Oliva; decanos y decanas de la institución; vicerrectores y vicerrectoras; directivos centrales y de escuelas e institutos; la jueza de Corte Interamericana de Derechos Humanos Patricia Pérez; la ministra del Tribunal Constitucional Daniela Marzi; el diputado Tomás de Rementería; el gran maestro de la Logia de Chile, Sebastian Jansen; el consejero de la Gran Logia de Chile, Erick Sariego; profesores y profesoras; familia y amigos cercanos de Agustín Squella; funcionarios y funcionarias, estudiantes e invitados especiales.

A través del oficio N° 134, del 20 de octubre de 2022 del decano de Derecho, dirigido al rector de la Universidad de Valparaíso, se solicitó otorgar la calidad académica honorífica de profesor emérito a Agustín Squella, la que fue finalmente fue concedida en virtud del decreto exento N°3834, con fecha 26 de diciembre de 2022.

El rector Osvaldo Corrales señaló que “estamos en una ceremonia muy emotiva, en la que estamos reconociendo los indudables méritos de uno de los profesores más importantes de nuestra universidad, el exacadémico Agustín Squella, quien fue no solo un profesor muy destacado a nivel nacional, sino también exrector de la UV. Hoy estamos rindiéndole un muy merecido homenaje, un homenaje indispensable, nombrándolo profesor emérito de nuestra institución, lo cual va a vincularlo de un modo ya permanente con ella. Estamos muy contentos, ya que se trata por cierto de un homenaje no solo muy merecido y esperado, sino también en más de algún término imprescindible”.

“El profesor Squella ha hecho una gran contribución al prestigio de nuestra institución, a la construcción de lo que nuestra institución es hoy día y no podíamos sino reconocerlo y homenajearlo como se ha hecho en esta jornada”, puntualizó.

Posterior a la entrega del diploma y un grabado del destacado artista visual Enrique Zamudio, el nuevo profesor emérito de la Universidad de Valparaíso hizo uso de la palabra para agradecer a la institución por el mencionado otorgamiento y a los asistentes.

“Hemos tenido una ceremonia muy emocionante, yo creo no solo para mí, por la distinción que se me ha otorgado como profesor emérito de la Universidad de Valparaíso, sino también para quienes concurrieron, especialmente autoridades de la Universidad, colegas, amigos que no tienen relación con la Universidad necesariamente, exalumnos, entre otros. Yo le otorgo un valor personal invaluable a esta distinción y agradezco sobremanera que se hayan tomado la molestia de organizar un acto que, repito, estuvo muy bien programado y producido, y que creo dejó satisfechos a todos quienes concurrimos a él”, declaró.

En esta misma línea, el académico agregó: “Como dije en mis palabras, cuando a uno le dan una distinción, lo mismo que cuando le ofrecen una bendición, no tiene más que agachar la cabeza y aceptarla humildemente, así crea que no la merece o no. En mi caso, más que merecerla o no merecerla, lo que a mí me llama la atención es que esta distinción se le dé a una persona que, básicamente, lo que hizo en la universidad fue hacer siempre lo que quería. Realmente, en esta escuela siempre hice lo que me producía satisfacción y placer desde un punto de vista académico. En consecuencia, qué gratuito tiene que resultar el hecho de que habiendo hecho uno toda la vida lo que quería, pues lo distingan por eso, porque nada de lo que hice en esta escuela fue bajo el influjo o el peso de un deber o una obligación que debía cumplir”.

“Es un retiro, pero no una despedida. Me retiro de la actividad docente. Ciertamente no tendré ya más cursos, pero no es una despedida, porque uno no se despide de las personas ni de los lugares que han sido fundamentales en la historia de su vida, de manera que eso es lo bueno que tiene esta distinción, que te deja vinculado a la Universidad, y en particular a la facultad y a la escuela. No lo despiden a uno para que se vaya, lo destacan a uno para que, sin irse, esté vinculado de manera distinta a ese lugar al que, al menos en mi caso, estoy vinculado desde los diecisiete o dieciocho años”, cerró.