El exvicepresidente de la Convención Constituyente, Jaime Bassa, realizó su primer mea culpa tras la derrota de la opción Apruebo en el plebiscito constitucional que descartó la propuesta de nueva constitución elaborada por la Convención Constitucional.

En una columna publicada en El Mostrador, el abogado señaló “Lo cierto es que la Convención Constitucional fracasó en su intento por cambiar dichas relaciones de poder. Quiso ejercer el poder constituyente para recoger el mandato popular recibido en las urnas y dotar de mayores herramientas de cambio y justicia social al pueblo de Chile, pero fracasó en el intento. Quiso soñar con una Constitución escrita en democracia que cambiara el modelo y fracasó. Quisimos. Fracasamos”, indica.

En esta misma línea, Bassa abordó su rol dentro de la instancia indicando que “como primer vicepresidente de la Convención tengo una responsabilidad política por lo que ocurrió en el plebiscito del 4 de septiembre, que no deseo desatender ni eludir…lo cierto es que el Rechazo encontró la forma de conectar con distintos sentires populares y esa es una derrota para quienes hemos estado empujando los cambios sociales que apuntan hacia estadios de mayor igualdad”.

“Debemos considerar la crítica al trabajo de la Convención, alimentada por algunos hechos y conductas imputables a sus integrantes, que fueron inteligentemente amplificadas durante el año de trabajo y, en especial, en la campaña, presentados como si hubiesen sido la regla general. El descrédito de la Convención fue la antesala del descrédito a los contenidos de la nueva Constitución”.

Entre los problemas internos de la Convención, asume que “no supimos contener el –a ratos– excesivo ánimo refundacional, que levantó barreras para el diálogo político”, pero además acusó que la “derecha, más radical, colonizó por completo su bancada” y al interior de la Convención no sopesaron “el impacto que tendrían los grupos de presión en el proceso constituyente y haber establecido con ellos canales de diálogo más fluidos y permanentes”.

“La propuesta de nueva Constitución no consiguió contrarrestar la propaganda del Rechazo, que logró aglutinar en una sola opción, distintas razones, temores o reacciones”, añadiendo “Pero no nos perdamos: lo que está en disputa no es cómo trabajó la Convención, tampoco sus errores, los del Gobierno o del comando durante la campaña, ni las debilidades o indeterminaciones del texto constitucional propuesto. Lo que ha estado en disputa, que se acentuó después del plebiscito de entrada, es la posibilidad de empujar un proyecto de justicia social para Chile, que garantice derechos y termine con los abusos”, señala.

Nuevo proceso constituyente

En cuanto a la conformación del futuro órgano constituyente, Bassa advierte que en esta materia “la forma es el fondo: el contenido de la nueva Constitución siempre estará determinado por quienes participen en su redacción: si son parlamentarios en ejercicio o representantes del pueblo elegidos al efecto, si se abre la participación ciudadana o se vuelve a cerrar, si hay paridad, si representantes de los pueblos originarios se sientan a la mesa en condiciones de igualdad o no”.

Apuntando que en esta instancia la discusión no  parte de cero, porque “a diferencia de las anteriores discusiones sobre el mecanismo, hoy las condiciones de la deliberación son diferentes: ahora sí hay una propuesta de contenidos sobre la mesa”. “Tenemos sobre la mesa un proyecto político acerca del cual podremos seguir discutiendo (…) Hoy tenemos un texto que muestra una hoja de ruta por la que podemos transitar y trabajar en conjunto”.

“Las derrotas nunca son definitivas y creo que tenemos la responsabilidad de defender, con fuerza y convicción, las ideas que fueron plasmadas en la propuesta de nueva Constitución (…) Es un horizonte con el que tenemos derecho a soñar. Nada de esto ha sido en vano”, cerró.