Este miércoles, la diputada, Gloria Naveillan, presentó su renuncia oficial al Partido Republicano.

La parlamentaria indicó que su decisión se debe a “castigos y desencantos”, agregando que “no puedo participar en un partido que actúa como una secta, donde no exista una libertad de opinión”.

Para Naveillan, los “castigos”, eran “infantiles”, tales como “no permitirme almorzar en el comedor de ellos, no darme tiempo para hablar en sala cuando el comité es quien los determina, no poder participar en puntos de prensa o prohibirme usar los recursos del comité (periodista, fotógrafo, camarógrafo)”, destacó.

Finalmente, sobre los “castigos”, la diputada Naveillan declaró que “los castigos que recibí fueron dictaminados por quienes manejan el partido”.