El primer ministro de Hungría,Viktor Orbán, quien es conocido por su postura nacionalista trato de apaciguar las críticas en su contra tras su cuestionadas declaraciones en las cuales defendió la pureza racial de los húngaros y definió la inmigración “no europea” como una amenaza para el país.

En este sentido, el jefe de Gobierno señaló el pasado sábado en un actividad que “Nosotros -los húngaros- no somos una raza mezclada… no queremos convertirnos en una raza mezclada”, agregando que Occidente a su juicio está dividido en dos “Una parte es un mundo donde los pueblos europeos y no europeos viven juntos. Estos países ya no son naciones. Estos países no son más que conglomerados de pueblos. También podría decir que eso ya no es Occidente, sino el post-Occidente”.

Tras una serie de condenas a nivel local e internacional y  dimisiones en el Gobierno, Orbán suavizó su postura y afirmó mediante una declaración pública que su gobierno tiene un política de “tolerancia cero con el antisemitismo y el racismo”.

Cabe señalar que las palabras de Orbán llevaron a que su asesora más veterana, la socióloga Zsuzsa Hegedüs, dimitiera tras criticar que su discurso es “un texto nazi digno de Goebbels”, en alusión al ministro nazi de Propaganda.

En tanto, el Comité Internacional de Auschwitz, que representa a supervivientes del Holocausto, calificó el discurso de Orbán de “estúpido y peligroso” y pidió a la UE que se distancie de él.