En octubre próximo se llevarán a cabo las elecciones presidenciales en Brasil.

En medio de su campaña presidencial, el exmandatario y actual candidato Luiz Inacio Lula da Silva (Partido de los trabajadores, PT, izquierda) impulsó la creación e implementación en Latinoamérica de una moneda comunitaria similar al euro.

Durante un discurso en el Congreso Electoral del Partido Socialismo y Libertad, Lula da Silva manifestó que “No tenemos que depender del dólar”.

Gabriel Galípolo, economista y expresidente del Banco Fator, es el principal promotor de esta propuesta.

Junto con Fernando Haddad, exalcalde de Sao Paulo, promueven la implementación de esta nueva moneda, como una forma de incrementar la integración regional y de esta manera fortalecer la soberanía monetaria.

“Vamos a restablecer nuestra relación con América Latina. Y si Dios quiere, crearemos una moneda en América Latina”, aseguró Lula da Silva.

En un artículo en el diario Folha de Sao Paulo, Galípolo y Haddan subrayan que la nueva moneda se llamaría Sur y “sería emitida por un Banco Central Sudamericano, con una capitalización inicial realizada por los países miembros, proporcional a sus respectivas participaciones en el comercio regional”.

En el artículo sostienen que la capitalización de Sur “se haría con las reservas internacionales de los países y/o con un impuesto sobre las exportaciones de los países fuera de la región”.

“La nueva moneda podría utilizarse para los flujos comerciales y financieros entre los países de la región”, aseguraron los entendidos.

Además agregaron que los países miembros “recibirían una dotación inicial de Sur, según reglas claras acordadas, y serían libres de adoptarlo a nivel nacional o mantener sus monedas, mientras que los tipos de cambio entre las monedas nacionales y SUR serían flotantes”.

Esta propuesta no ha sido indiferente para Jair Bolsonaro.

En agosto de 2021, el ministro de Economía de Brasil, Paulo Guedes, manifestó que una divisa única permitiría una mayor integración para el Mercosur, una zona de libre comercio y podría convertirse en una de las “cinco o seis monedas relevantes en el mundo”.