Volvieron las clases. Ayer, 15 niños, niñas y jóvenes en situación de discapacidad de la ciudad participaron en la inauguración de la tercera versión del taller de Surf Inclusivo, en Playa la Boca de Concón. En esta primera sesión los participantes, junto a sus padres, tuvieron una inducción, conocieron los elementos que utilizarán y practicaron algunos ejercicios sobre la tabla de surf. Esta iniciativa se realiza gracias a un trabajo colaborativo entre la Academia FreeSport y la Municipalidad de Quillota.

Sobre el taller, Renato Arellano, director de la Academia FreeSport, explicó que hace 12 años vienen vinculando el proceso de la práctica deportiva con la nueva generación de deportes y utilizando el mar como recurso pedagógico, deportivo y turístico y de inclusión, y agregó que «el proyecto nace con el nombre «adapta surf» y principalmente buscó de alguna manera generar instancias de participación para los chicos en situación de discapacidad y es lo que hemos hecho los últimos años ofreciendo servicios a las distintas municipalidades, particulares, centros e instituciones».

Por su parte, el alcalde Oscar Calderón Sánchez manifestó su alegría y compromiso para que se mantenga en el tiempo, y señaló que esta «actividad de carácter inclusivo congrega a una familia entera que está dedicada efectivamente a la noble tarea de poder terminar diferencias que puedan existir a propósito de una situación de discapacidad. Las personas con discapacidad hace mucho tiempo que están levantando la voz para plantear la necesidad de incluirlos. Y son sus familias, sus papás y mamás y familiares más cercanos, quienes de verdad promueven que esto ocurra a través de hechos concretos y ésto es lo que hoy ocurre».

Las clases se mantendrán durante todo el verano, cada sesión tiene un valor de 5 mil pesos e incluye traje, tabla, capacitación, traslado y una colación. Por el momento, no hay cupos disponibles, pero si se llegasen a liberar alguno durante las próximas semanas se avisará oportunamente a través de las redes del Municipio. Esta tercera versión contó de forma inédita con el apoyo de dos estudiantes de la carrera de enfermería del Centro de Formación Técnica de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (CFT PUCV), campus Quillota, quienes estaban preparados para prestar primeros auxilios, en el caso que se necesitase.