Los periodistas María Ressa y Dmitry Muratov, de Filipinas y Rusia, respectivamente, recibieron el Premio Nobel de la Paz por su lucha por la libertad de expresión.

Según el Comité noruego, el galardón fue otorgado porque “sus esfuerzos para salvaguardar la libertad de expresión” en sus respectivos países. En paralelo, “son representantes de todos los periodistas que defienden este ideal en un mundo en que la democracia y la libertad de prensa enfrentan condiciones cada vez más adversas”.

Por su parte, Ressa ha utilizado la libertad de expresión para “exponer el abuso de poder, el uso de la violencia y el creciente autoritarismo en su país natal“, indicó el Comité Nobel.

En 2012, cofundó Rappler, una empresa de medios digitales enfocada en el periodismo de investigación. “Ha demostrado ser una valiente defensora de la libertad de expresión. Rappler ha centrado la atención crítica en la controvertida y asesina campaña antidrogas del régimen de Duterte“, aseveró el Comité de Noruega.

Muratov ha defendido por décadas la libertad de expresión en Rusia “en condiciones cada vez más desafiantes”. En 1993, fue uno de los fundadores del periódico independiente Novaja Gazeta, del cual fue editor desde 1995, por un periodo total de 24 años.

Dicho medio es el “más independiente de Rusia en la actualidad, con una actitud fundamentalmente crítica hacia el poder”, aseguró el anuncio desde Oslo.

El Comité Noruego sostuvo que “está convencido de que la libertad de expresión y la libertad de información ayudan a garantizar un público informado”.

El premio consiste en un diploma, una medalla de oro y un cheque de 10 millones de coronas (980.000 euros).