Los buenos resultados del segundo trimestre han dado como resultado que las perspectivas de crecimiento para el 2021 hayan sido mejoradas por el Banco Central de Chile, muy por encima de algunas grandes economías de la región. Mientras el Banco Central espera que el PIB crezca entre el 8,5 y el 9,5 por ciento el FMI considera que el crecimiento será del 6,5 por ciento, el Banco Mundial estima que será del 6,1 por ciento y para la OCDE el crecimiento será del 6,7 por ciento, aunque en el caso de las organizaciones supranacionales las estimaciones se habían realizado antes de las excelentes cifras del segundo trimestre.

El peso pierde posiciones frente al dólar

Aunque durante el último tercio del mes de agosto el peso chileno había recuperado parte de su cotización frente al dólar, lo que llevamos de septiembre ha devorado todo el avance, y en estos momentos el cambio del par USD/CLP se sitúa de nuevo en en los 789 pesos por dólar, el valor más alto que el par marcó el 20 de agosto.

 

A pesar de ello el dólar no se muestra tan fuerte frente a algunas de sus parejas en los pares mayores, como puede comprobarse en la plataforma de trading de forex Plus500, el dólar todavía no ha vuelto a recuperar la buena marca que consiguió precisamente el mismo 20 de agosto frente a la moneda europea, cuando esta se cambiaba por 1,16 dólares, a diferencia de los 1,17 actuales, algo que no tiene porque ser malo para las exportaciones nacionales.

Salvavidas frente a la pandemia

A pesar de no flotar en crudo, Chile cuenta con un riquísimo subsuelo con minerales muy demandados por industrias de todo el globo, como el cobre, que en medio de la debacle general del año pasado supuso una tabla de salvación para le economía chilena en un 2020 en el que el sector exportador superó los 130.000 millones de dólares, cayendo apenas unos 9.000 millones de dólares con respecto al 2019 a pesar de que el PIB mundial experimentó un retroceso del 8,5 por ciento el año de la pandemia.

Para incrementar aún más la importancia del sector minero para las arcas públicas chilenas, la Cámara de Diputados, con mayoría de centroizquierda, aprobó en mayo un proyecto de ley para gravar con un tres por ciento las ventas de litio y cobre, y aunque en un principio se especulaba con que ocurriría en el Senado, donde la derecha cuenta con mayoría, finalmente el Comité de Minería y Energía del Senado aprobó definitivamente el proyecto a finales de agosto, con lo que los precios internacionales de estos metales subirán al ser Chile uno de los mayores productores y vendedores de ambas materias primas.

Dada la importancia de la minería para el buen devenir de la economía chilena no es de extrañar que se hayan presupuestado grandes inversiones en el sector minero, buque insignia de la economía chilena, sin olvidar la importancia de disminuir la huella ecológica de esta industria.

Reducir el uso del agua y huella de carbono cero

La industria de la minería chilena tiene el objetivo de reducir el uso de agua un 40 por ciento para el año 2030 y hasta a menos del 33 por ciento para el año 2050 con respecto al uso actual, aunque lo cierto es que el grueso del gasto del agua en el país lo consume la industria agropecuaria en un porcentaje mucho mayor que el resto de usos juntos, incluidas el resto de industrias y el consumo de agua potable. También se espera que la industria sea neutral en sus emisiones de carbono para el 2040.

Obviamente las emisiones de carbono se irán reduciendo de forma gradual durante los próximos 20 años, no se va a pasar de cero a cien, y ya se han planificado varios objetivos de reducción del carbono que se irán cumpliendo poco a poco conforme se acerca la ansiada fecha de la neutralidad.