Con el propósito dignificar la sepultura de quienes han estado históricamente excluidos al vivir y morir en situación de calle, se llevó a cabo en el Cementerio General de Recoleta, la ceremonia de Primera Piedra del primer Mausoleo Memorial Dignidad para Personas en Situación de Calle, una iniciativa de tremenda humanidad y única en el continente.

Francisco Román, director ejecutivo de Fundación Gente de la Calle; Juan Sutil, presidente de CPC; y Daniel Jadue, alcalde de Recoleta; Luis Eduardo Bresciani, director Escuela Arquitectura PUC; y Rashid Saud, director del Cementerio General, encabezaron la ceremonia en el patio 103 de recinto. La obra albergará los restos de 372 personas fallecidas, sin resguardos familiares o protección institucional, lo que adquiere especial relevancia por el contexto que generó la pandemia del Covid 19 y las profundas reflexiones que nuestra sociedad ha debido realizar en torno al fallecimiento de miles de sus seres queridos.

Fundación Gente de la Calle, es la institución que lidera esta iniciativa, la cual se hizo realidad gracias a importantes voluntades que se sumaron al proceso, entre ellas, el aporte de las empresas y empresarios de Chile reunidos en la causa SiEmpre-Solidaridad e Innovación Empresarial. La Escuela de Arquitectura de la Pontificia Universidad Católica, la Confederación de la Producción y del Comercio, Municipalidad de Recoleta y Cementerio General de Recoleta han sido los colaboradores directos en la concreción del Mausoleo.

Para Francisco Román, director ejecutivo en Fundación Gente de la Calle, la continuidad de esta ceremonia se proyecta para diciembre, fecha en la que se espera tener la obra lista y a disposición para realizar el traslado de los primeros cuerpos. Ello además con motivo de la celebración del Bicentenario del Cementerio General de Recoleta, espacio de encuentro eterno.

Por su parte, Juan Sutil, presidente de la CPC, explicó que el mundo empresarial no dudó en sumarse a este trascendental proyecto, asegurando que “honrar a nuestros muertos es honrar la vida, por eso, darle sepultura a un ser querido es un acto de amor que lo enaltece luego de su partida”. Y agregó que este mausoleo es un acto de esperanza: “Esperanza de preservar la dignidad humana frente a la muerte; esperanza al constatar cómo la colaboración entre actores tan diversos como una fundación, la academia, el mundo público y privado, saca lo mejor de cada uno en pos de un proyecto tan trascendente y que nos une a todos”.