Señor Director:

En comparación con EEUU e India, Brasil es uno de los  países  más azotado del mundo por el coronavirus, hasta la actualidad suman más de medio millón de muertes, en los últimos días vive un nuevo repunte de casos, casi 90 mil contagios diarios.

Los datos confirman el descontrol de la enfermedad en el país, donde los expertos advierten desde hace semanas la inminente llegada de una tercera ola de la pandemia.

Todo esto en medio de las relajaciones de distanciamiento social, la nula importancia del uso de mascarillas en todo el país.

Sao Paulo con 115 mil decesos y más de 10 mil pacientes ingresados en cuidados intensivos el estado más poblado del país decidió extender hasta finales de junio las medidas restrictivas vigentes, para el personal de salud la situación es cada vez más desesperada.

El incremento de contagios y fallecidos logra despertar la atención de la OPS, el sistema sanitario está al límite. No se trata de un miedo infundado a la propia naturaleza del virus, sumando otros obstáculos como la pobreza y el hacinamiento en favelas. 

Además de una política de salud muy cuestionada que encabeza el propio presidente Jair Bolsonaro cuyo negacionismo llevó a la creación parlamentaria que lo investiga por presunta negligencia en el manejo de la pandemia.

Marcelo Cairoga ministro de salud  Brasileño refiere que” la copa se realizará bajo un ambiente controlado, con pruebas periódicas a los futbolistas y protocolos sanitarios especiales”.

Las Autoridades brasileñas refirieron que las delegaciones de deportes deberían estar vacunadas antes de ingresar a Brasil, por su parte Marcelo Cairoga indicó que no hay tiempo. Si se vacunaran a las delegaciones éstas no alcanzarían la inmunización.

Las sociedades de infectología del país Brasileño manifiestan que la realización de una copa es muy peligrosa y pondría en serio peligro a todo el continente, agregan que es más del negacionismo que se transformó en política pública del actual mandatario.

Brasil entrará en un colapso más allá de la pandemia actual serán las variantes que sabemos son de más difícil control refiere secretario de infectología. Teniendo en consideración que Brasil solo el 11% ya han recibido las dos dosis de las vacunas. 

No hubo interés para generar por parte del gobierno un programa de vacunación accesible para que la población entienda sobre la enfermedad.

Una de las medidas más razonables en este grave escenario de catástrofe sanitaria sería suspender el evento, menciona el secretario de la sociedad de infectología  Dr. José Urbaez Brito. En DW Español.

Gonzalo Castro Moreno.
USACH

 

 


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