Este lunes el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) publicó los resultados de la Encuesta Nacional de Empleo (ENE), la cual reveló que la tasa de desocupación en Chile durante el trimestre móvil febrero-abril de 2021 llegó a un 10,2%.

La cifra implicó un incremento de 1,2 puntos porcentuales (pp.) en doce meses, producto de la reducción de la fuerza de trabajo (-0,2%) menor a la disminución presentada por los ocupados (-1,6%), y el incremento de 13,5% en los desocupados, incididos por los cesantes (13,9%) y aquellos que buscan trabajo por primera vez (9,8%).

Según sexo, la tasa de desocupación de las mujeres se situó en 10,9% y la de los hombres en 9,8%, aumentando 1,0 pp. y 1,5 pp., respectivamente, en doce meses.

Los ocupados tuvieron una disminución de 1,6% incididos, en mayor medida, por las mujeres (-2,8%) que por los hombres (-0,8%). Por su parte, el segmento de ocupados ausentes (que representó el 12,4% del total de ocupados), disminuyó 15,8% equivalente a 187.781 personas.

La contracción de los ocupados fue influida por hogares como empleadores (-17,0%), servicios administrativos y de apoyo (-15,7%) y alojamiento y servicio de comidas (-11,0%).

En tanto, por categoría ocupacional, los principales descensos se observaron en asalariados informales (-13,0%) y asalariados formales (-1,2%).

La tasa de ocupación informal se situó en 26,2% disminuyendo 0,1 pp. en doce meses. Asimismo, los ocupados informales se redujeron 2,0%, incididos, en mayor medida, por las mujeres (-4,2%) que por los hombres (-0,3%), y por asalariados privados (-13,8%).

En tanto, la población fuera de la fuerza de trabajo aumentó 4,1% influida por los inactivos habituales (15,9%) y los iniciadores (22,7 %).

Estacionalidad y volumen de trabajo

La tasa de desocupación ajustada estacionalmente elimina los efectos de los factores exógenos estacionales de naturaleza no económica que influyen en su comportamiento coyuntural, en este sentido, el indicador estimado fue 10,4%, aumentando 0,1 pp. con respecto al trimestre móvil anterior, como consecuencia de la disminución de la fuerza de trabajo (-0,2%) y de la reducción de los ocupados (-0,3%) junto con el incremento de los desocupados (0,5%).

En doce meses, el volumen de trabajo medido a través del número total de horas efectivas trabajadas por los ocupados creció 1,6%. De igual modo, el promedio de las horas trabajadas aumentó 3,3%, llegando a 35,6 horas.

La tasa combinada de desocupación y fuerza de trabajo potencial (que mide el número de personas desocupadas más personas iniciadoras disponibles e inactivos potencialmente activos) alcanzó 21,2%, con una disminución de 2,6 pp. en el período. En los hombres se situó en 18,2% y en las mujeres en 25,3%. La brecha de género fue 7,1 pp.