La Organización Mundial de la Salud -OMS- afirmó durante esta jornada que la vacuna contra el COVID-19 de Oxford-AstraZeneca puede ser utilizada en mayores de 65 años y en lugares donde circulan nuevas cepas del virus.

La recomendación se da luego que el  Grupo de Expertos en Asesoramiento Estratégico sobre Inmunización de la Organización Mundial de la Salud (SAGE por sus siglas en inglés) emitiera sus recomendaciones generales sobre el uso de la vacuna, que tiene una eficacia del 63,09% contra la infección sintomática por SARS-CoV-2.

“Basados en la evidencia existente, la vacuna debe ser administrada en dos dosis con un intervalo de 4 a 12 semanas entre cada una. De hecho, entre 8 a 12 semanas es más recomendable ya que los datos indican que produce una mejor respuesta inmune”, dijo Alejandro Cravioto, presidente del Grupo de Expertos, durante una conferencia de prensa.

Cravioto agregó que la vacuna está recomendada para todos los mayores de 18 años, a pesar de que en los ensayos clínicos hubo poca participación de este grupo de edad.

“Las respuestas inmunitarias inducidas por la vacuna en personas mayores están bien documentadas y son similares a las de otros grupos de edad. Esto sugiere que es probable que la vacuna resulte eficaz en personas mayores. Los datos del ensayo indican que la vacuna es segura para este grupo de edad… por lo tanto la inmunización les debe ser administrada”, agregó Cravioto.

Recientemente, varios países de la Unión Europea, incluidos Francia, Alemania y Noruega, anunciaron no administrarían la vacuna de AstraZeneca para los adultos mayores debido a falta de información sobre los efectos secundarios en esta población.

El experto  indicó que no hay datos sobre la efectividad de la vacuna en menores de 18 años, por lo tanto, no recomiendan su uso para niños y jóvenes. Tampoco hay suficiente evidencia sobre las mujeres embarazadas, los pacientes con VIH y aquellos con sistemas inmunes comprometidos, por lo que el grupo no emitió una recomendación general, pero aseguró que estas personas deben tenerse en cuenta si hacen parte de los grupos de riesgo como los trabajadores de salud.

Las personas que han tenido COVID-19 también deben ser parte de los esfuerzos de vacunación, ya que no existen suficientes datos para determinar cuánto tiempo dura su respuesta inmune, aseguró el experto, añadiendo que lo que no se recomienda es la vacuna para los viajeros, ya que por el momento existen dosis limitadas que no deben utilizarse para viajar innecesariamente.

Efectividad contra las variantes

“En cuanto a la variante de Sudáfrica, hay una marcada reducción de la eficacia de la vacuna de AstraZeneca contra los casos leves y moderados de la enfermedad, así como una reducción de los anticuerpos. No se ha evaluado la eficacia cuando la enfermedad se manifiesta de manera grave, pero hay pruebas indirectas de que sigue siendo eficaz”, explicó Cravioto.

Asimismo, los análisis preliminares han demostrado una efectividad de la vacuna ligeramente reducida contra la variante identificada en el Reino Unido, que se asocia con una reducción limitada de los anticuerpos neutralizantes.

Los estudios realizados hasta ahora se diseñaron para evaluar la eficacia frente a cualquier forma en que se presenta el COVID-19, pero el pequeño tamaño de la muestra no permite una evaluación específica de la eficacia de la vacuna frente a la enfermedad grave. Los expertos afirman que la evidencia indirecta es compatible con la protección contra el COVID-19 grave; sin embargo, esto queda por demostrar en ensayos clínicos en curso y evaluaciones posteriores a la implementación.

“En vista de esto, la OMS recomienda actualmente el uso de la vacuna AstraZeneca… incluso si existen variantes en un país. Los países deben realizar una evaluación de riesgo-beneficio de acuerdo con la situación epidemiológica local, incluida la extensión de las variantes del virus circulante”, expresaron los expertos.