Una condena de 11 años de presidio mayor en su grado medio obtuvo el Fiscal Adjunto de Maipú, Juan Paulo Díaz, para un hombre de 22 años que en abril de 2019 violó a una menor de 12 años, hechos que ocurrieron al interior del domicilio del condenado, quien mediante actos intimidatorios y de amenazas, logro que la menor de edad ingresara a este domicilio.

El fallo del Quinto Tribunal Oral en lo Penal (5° TOP) se conoció el lunes 28 de diciembre, tras un juicio de dos días realizado mediante videoconferencia y en el cual el Tribunal conoció los testimonios de testigos y de la propia menor –quien declaró desde un lugar seguro-, los peritajes forenses y las declaraciones de funcionarios policiales, así como de profesionales y psicólogos que atendieron a la víctima.

Tras la alegación del Ministerio Público y la rendición de pruebas, el TOP, ante la gravedad de los hechos, la edad de la menor, la intimidación ejercida y la afectación psicológica de la víctima, resolvió condenar al acusado como autor del delito de Violación de Menor de 14 años en grado de Consumado.

La lectura de la sentencia del 5° TOP se realizó el lunes 28 de diciembre , ratificándose la condena contra el sujeto, quien cumplirá la pena en el Centro Penitenciario Santiago 1.

Los hechos

El 15 de abril de 2019, a las 15:30 horas aproximadamente, mientras la menor de 12 años de edad, de iniciales G.D.L.S., caminaba por afuera del domicilio de su vecino, ubicado en Avenida El Conquistador N° 1741, en Villa La Esperanza de Maipú, el acusado Michel Jonathan González Morales (22), la llama desde la ventana para que vaya. Cuando la menor se acerca a la escalera del edificio, el sujeto la toma con fuerza, colocándole un cuchillo en la espalda y la obliga a entrar al departamento, indicándole que si grita le cortara el cuello, para luego proceder a violarla. El autor de los hechos es sorprendido por un familiar, quien ingresa al domicilio de González Morales, lo que le permite a la menor huir del lugar.

Luego de lo anterior, la niña debió ser hospitalizada por varias semanas, y lo ocurrido le provocó graves secuelas psicológicas. Por si esto fuera poco, sus padres debieron sufrir el acoso permanente de los familiares del imputado, quienes acusaban a la menor de haber mentido.