José Luis Uriarte, subsecretario de Turismo manifestó que “no hay mucho sentido” en cerrar las fronteras con el fin de controlar el ingreso de nuevos casos de contagios de coronavirus. Esto luego de la detección en el país de la cepa británica, tras el ingreso de una viajera chilena.

En conversaciones con Cooperativa, Uriarte recalcó que “La decisión respecto a la apertura o cierre de fronteras no tiene relación con privilegiar o no la salud de las personas; lo más importante es lo que han dicho los organismos internacionales expertos. Así, la OMS ha dicho que el cierre de las fronteras no tiene mucho sentido y no representa la solución más eficaz para el control de los casos importados”.

Las fronteras del país permanecen cerradas desde el mes de marzo para el ingreso de extranjeros, con ciertas excepciones. Sin embargo, desde noviembre pasado, la frontera aérea del Aeropuerto de Santiago se encuentra abierta.

Luego de la aparición a nivel mundial de la nueva cepa de coronavirus identificada en Reino Unido, se estableció la restricción del ingreso a Chile de personas provenientes de ese destino. Al detectarse esta cepa en Chile, el Minsal decidió que todos quienes ingresen desde ahora deben cumplir una cuarentena de 10 días ( pudiendo suspenderla si al séptimo día existe un PCR negativo).

El subsecretario argumentó que “como el flujo de personas que entra por el Aeropuerto es tan poco, permite una serie de restricciones y trazabilidad que es imposible tener dentro del territorio nacional: en el último mes han entrado 1.000 y fracción extranjeros, es muy posible pedirles a esas personas que se hagan un test PCR antes de subirse al avión, y trazar dentro del territorio nacional los movimientos de ellas”.

“No representa la solución más eficaz para el control de los casos importados”, aseveró Uriarte a Cooperativa.

Con respecto al “permiso de vacaciones”, anunciado por la autoridad sanitaria, el subsecretario señaló que “lo que esperamos que se mueva en el territorio nacional en el período estival que empezamos a vivir son 4,5 millones de personas, y trazarlas y pedirles a todas que se hagan un test PCR sería colapsar en un día el sistema de salud y los laboratorios”.