Tras nueve días de largos traslados, por aire y tierra, e intensas gestiones para conseguir salvoconductos y alojamientos en diversos países del Asia Pacífico, concluyeron las los vuelos que trajeron de regreso a 241 chilenos que se encontraban varados en esa región.

El Boeing 787 de Latam, que tenía como primera misión transportar insumos médicos desde Shanghai, recogió en la ciudad china a dos compatriotas y fue desviado hasta Singapur. Ahí subieron otras 224 personas que viajaron a ese país desde India, Tailandia, Indonesia, Malasia y Vietnam. Luego, realizó una tercera parada en Auckland, Nueva Zelandia, para subir a 15 chilenos más.

Así, el avión operó como la “nave nodriza” del plan de repatriación, que involucró una maratónica maniobra coordinada por el Ministerio de Relaciones Exteriores y que fue financiada en parte por el Fondo de Emergencias de la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC), en medio de las medidas que han adoptado las naciones y aerolíneas ante la propagación del Covid-19.

El recorrido hasta Singapur

El complejo operativo implicó, primero, el traslado de los chilenos hasta Singapur, el principal punto de reunión, gracias a los permisos de vuelo y movilidad que gestionó la Cancillería ante las autoridades del país.

Para ello, la CPC contrató un chárter de la compañía Air Asia, el cual recogió a los connacionales que previamente se habían congregado en Nueva Delhi y Bangkok, para llevarlos hasta Singapur.

Previamente, los consulados y embajadas de Chile en la región organizaron las caravanas de buses que reunieron a los compatriotas en las capitales: estas recorrieron hasta 1.500 kilómetros desde distintas ciudades de la India para llevar a los chilenos hasta Nueva Delhi; otros 800 kilómetros desde Phuket a Bangkok, en Tailandia, y más de mil kilómetros de Bali a Yakarta, en Indonesia. Desde Hanoi (Vietnam) y Yakarta, otros connacionales abordaron vuelos comerciales con destino a Singapur.

“Estamos muy satisfechos con el resultado de este magno operativo; el más grande que hemos llevado a cabo en medio de la crisis por el covid-19, que involucró inmensos esfuerzos de la Cancillería y del cuerpo diplomático de Chile en el Sudeste Asiático y Oceanía. Fueron muchas las personas que trabajaron sin descansar para que todo resultara de la mejor forma posible. Estamos, además, muy agradecidos con el apoyo de la CPC y Latam, que permitieron que el plan de retorno se pudiera realizar”, celebró el Canciller Ribera.

El Ministro destacó el profesionalismo y agradeció el compromiso de los funcionarios de todas las misiones diplomáticas que participaron en el operativo.

“Sabemos que es un gran logro, pero también sabemos que aún hay compatriotas que siguen esperando para volver a Chile. Queremos decirles que no los hemos olvidado y que seguimos esforzándonos para traerlos de regreso, pese a todas las dificultades”, concluyó el Ministro.