Este jueves el  Presidente Sebastián Piñera y la Primera Dama, Cecilia Morel, encabezaron la ceremonia en conmemoración de los 10 años del terremoto y tsunamis del 27 de febrero de 2010 junto a familias afectadas por la tragedia.

La actividad se realizó mar adentro frente a la bahía de Talcahuano y, en ella, se realizó un homenaje y se pidió un minuto de silencio en memoria de las 551 víctimas que dejó la catástrofe sísmica, que afectó a casi el 80% de la población total del país.

“Desde la adversidad surge un pueblo noble, un pueblo fuerte, un pueblo valeroso, un pueblo solidario como quedó demostrado esa madrugada del 27 de febrero del año 2010 y esos días y semanas que lo siguieron”, dijo el Presidente Piñera en la ceremonia.

El Mandatario también homenajeó y agradeció la importante labor que cumplieron instituciones como Bomberos, Carabineros, Fuerzas Armadas, organizaciones civiles y miles de voluntarios durante la catástrofe.

En la instancia, el Mandatario también destacó las medidas de reconstrucción desplegadas durante su primer Gobierno, que incluyeron más de 220.000 soluciones habitacionales, nueve aeropuertos o aeródromos recuperados, cuatro nuevos hospitales, 1.554 km de caminos restablecidos y 2.566 proyectos de reparación en colegios afectados, entre algunas de las medidas más destacadas.

“Fue un esfuerzo titánico, pero la perseverancia, el compromiso, la generosidad y la solidaridad mostró que Chile era capaz de enfrentar cualquier adversidad cuando estaba unido, cuando tenía un sentido de misión compartida, cuando nos mirábamos como personas que podíamos pensar distinto, pero igual podíamos caminar juntos”, agregó el Presidente Piñera.

Además, durante su intervención, el Jefe de Estado destacó los avances que ha tenido el país durante la última década en el fortalecimiento de los protocolos de alerta y reacción ante este tipo de catástrofes naturales.

Entre las medidas se encuentran la creación del Centro Sismológico Nacional; la habilitación de 15 nuevas oficinas regionales de la Onemi; el aumento de la dotación de funcionarios en las oficinas regionales; la modernización de estaciones sísmicas, pasando de 70 a 500 en la actualidad; cambios en la normativa de construcción para las viviendas del borde costero; el establecimiento de subsidios para incentivar la construcción de casas resilientes frente a tsunamis; obras de mitigación en el borde costero de las localidades afectadas; y la implementación de sirenas de alerta en toda la costa del país.