Preocupación existe por la salud del Papa Francisco, quien mostró signos de un resfriado el miércoles, situación que lo llevó a cancelar este jueves su presencia en una misa por una “ligera indisposición”, indicó la Santa Sede.

El pontífice argentino de 83 años, que tiene problemas para caminar por molestias en la cadera, rara vez cancela una cita de su apretada agenda.

El miércoles, que en general es una jornada muy cargada, estaba resfriado y con frecuencia tosía durante la audiencia general organizada al aire libre en la plaza de San Pedro y durante la cual apretó las manos a decenas de fieles y manifestó su cercanía a los contagiados con el coronavirus en todo el mundo.

En la tarde, participó en la tradicional procesión de los miércoles de Ceniza en la basílica de Santa Sabina en Roma y cumplió el rito de la imposición de la  cruz de ceniza en la frente, gesto que marca el inicio de la Cuaresma, tiempo de oración y de reflexión para los católicos.

Cabe señalar que Italia sufre un brote de coronavirus que ha afectado a más de 400 personas, casi todas en el norte del país.