El economista, explica que el CAE “abrió la puerta a muchos jóvenes que no podían pagar sus estudios y tampoco tenían acceso a financiamiento”.

El documento denominado “Impacto social, a partir de una política de financiamiento mixto en educación superior, el caso de Chile”, elaborado por académicos de la UBO, consigna que el año 90’ sólo un 4% de los jóvenes perteneciente al 20% de las familias más vulnerables lograban acceder a la educación superior, en comparación con el 33% de los estudiantes con más ingresos.

El mismo estudio analizó la variación de la brecha en el año 2000. Un 7% de los jóvenes más vulnerables ingresó a la educación superior y un 52% de los alumnos con más recursos logró la misma instancia.

Sin embargo, en 2015 se registra un cambio sustancial. El 29% de los jóvenes de las familias más pobres de Chile logró acceder a la educación superior versus el 60% de aquellos con más ingresos.

“Sigue siendo mayor el acceso de los más ricos, principalmente porque cuentan con una mejor educación básica y media, pero la brecha entre ricos y pobres que en los años 90’ era 8 veces, en 2015 era solo 2 veces”, afirma Tomás Flores.

El economista comenta que el estudio nos da una mirada del sistema educacional chileno de los últimos 15 años, el cual tendrá un impacto significativo en la distribución del ingreso en el país, puesto que un egresado de la educación superior multiplica cuatro veces su remuneración respecto a joven que solo tiene enseñanza media