No se puede negar que la costumbre de regalar huevitos de chocolate a los niños, el día de resurrección, está instalada en nuestra cultura. Lo que siempre se debe tratar de buscar es el lado positivo, tratando de adaptar estas situaciones a estilos de vida saludables, que es lo que nos motiva.

Como odontopediátras es nuestro deber educar continuamente a los padres, que son los formadores de hábitos y desde ésta perspectivas debemos analizar esta costumbre de “regalar huevitos de chocolates”. Quizás muchos de los padres tienen incorporado en su lenguaje el concepto de “alimentos cariogénicos”, que son aquellos alimentos que promueve la formación de caries, y también es sabido que los más dañinos son los que contienen mayores cantidades de azúcar refinada, cuestión que se asocia de inmediato con las golosinas.

Existen distintos escalas o métodos para medir la cariogenicidad que tienen algunos alimentos y determinar el riesgo que tienen en nuestros niños, el consumo de aquellos. Una de las más usadas en Chile es la encuesta de Lipari y Andrade que separa estos alimentos en bebidas azucaradas, masas azucaradas y no azucaradas, azúcar y caramelos. Cada grupo tiene un puntaje que, dependiendo de la frecuencia y la ocasión (entre comidas/con las comidas), determina un puntaje que nos permite clasificar el consumo en bajo, moderado y alto riesgo. En esta clasificación el chocolate se clasifica como caramelo, y tiene un alto valor en la determinación final del riesgo.

Revisando brevemente este concepto debemos aclarar además que el chocolate, además de ser un alimento altamente cariogénico y poseer alto nivel de azúcar refinada (exceptuando los de alto contenidos en cacao con más de 70%), tiene una textura pegajosa que facilita la permanencia entre los dientes, siendo difícil la auto limpieza que realiza la lengua y la saliva. Debemos además revisar otra idea que es muy importante, que es la “ocasión” en que se ingieren los alimentos cariogénicos, es decir, si se consumen entre las comidas o con las comidas. La importancia radica en que cuando se realiza con las comidas, disminuye el riesgo cariogénico puesto que la masticación induce la salivación y la autoclisis o autolimpieza, además de que se asocia y está incorporado en los hábitos, que después de cada comida, se debe cepillar los dientes.

Con esto queda muy claro que el consumo de los huevitos de chocolates en Semana Santa, es de alto riesgo para promover la aparición de caries, pero considerando que es una costumbre arraigada en nuestra sociedad, recomendamos, disminuir al máximo su consumo, que cuando se realice sea con las comidas, ojalá de alto contenido en cacao, cepillar después de cada consumo y viendo el vaso medio lleno, favorecer el juego familiar que se produce en ese día,  de esconder “huevitos” que pueden sin duda ser reemplazados por otros elementos que no sean necesariamente golosinas.

 

Miriam Leiva Lagos
Coordinadora odontopediatría
Universidad Andrés Bello