El Banco Central, mediante su «Informe de Cuentas Nacionales»,  informó que en el tercer trimestre de este año, la actividad económica exhibió un aumento anual de 2,8%, tras aumentar 5,4% durante trimestre anterior, cifra bajo las expectativas de los analistas que apuntaban a un 2,9%.

El instituto emisor señaló en su informe que el trimestre julio – agosto – septiembre tuvo «tres días hábiles menos que el tercer trimestre de 2017» y que «el efecto calendario resultó igual a -0,4 puntos porcentuales».

Desde la perspectiva del origen, se observaron incrementos en todas las actividades a excepción de minería. Destacaron en términos de incidencia los servicios personales y, en menor medida, comercio y servicios empresariales. En tanto, la actividad agropecuario-silvícola destacó por su dinamismo.

Por su parte, las cifras ajustadas estacionalmente1 / dieron cuenta de un incremento de 0,3% del producto interno bruto (PIB) con respecto al trimestre anterior. La mayor contribución se registró en minería, seguida de transporte y servicios personales. Compensaron en parte lo anterior el suministro de electricidad, gas y agua (EGA) y la industria manufacturera.

Respecto del gasto, al igual que el trimestre anterior, el PIB se vio impulsado en términos anuales por la demanda interna, alza que fue compensada en parte por una caída en las exportaciones netas.

La demanda interna registró un dinamismo menor al trimestre anterior (4,6%; 6,1% en el segundo trimestre). Al igual que en el primer semestre, ésta se vio impulsada por el consumo de los hogares y, en menor medida, por la inversión.

El gasto en consumo creció un 3,5%, liderado por los hogares, donde destacó el gasto en servicios y en bienes durables.

Por otro lado, el alza registrada en la inversión fue liderada por un aumento en la formación bruta de capital fijo (FBCF); en particular, destacó el componente de maquinarias y equipos.

En tanto, la variación de existencias alcanzó una razón acumulada en un año de 1,1% del PIB a precios del año anterior.