Una auditoría del Servicio de Salud Viña del Mar – Quillota (SSVQ) detectó una serie de falencias en la atención de una paciente bajo el protocolo de aborto en tres causales en el hospital de Quilpué.

Esta situación se debió, según la auditoría, a discrepancias entre médicos objetores y no objetores, lo que derivó en una serie de complicaciones en la intervención de la paciente.

Según consigna el diario La Tercera, Fernanda Sandoval (25) acudió al centro asistencial para solicitar la interrupción de su embarazo, el cual presentaba complicaciones, sin embargo, un médico objetor se lo negó, pero más tarde otro facultativo decidió realizar el procedimiento mediante el uso de fármacos.

Luego de abortar, se necesitar un vaciamiento en pabellón, situación que nuevamente le fue negada por personal objetor de conciencia, lo que a su vez retrasó el procedimiento.

La auditoría del SSVQ señaló que «no estaba protocolizada la atención por Ley IVE en el hospital de Quilpué (…) La capacitación del personal era insuficiente al respecto, en maternidad y pabellón».

Además, la investigación indicó que «al día siguiente hubo dudas respecto de continuar indicación de misotrol, a pesar de que esta indicación estaba registrada en la ficha», y agregó que «no se consideró el traslado de la paciente a otro centro de salud, por médico objetor de conciencia».