Los campamentos de inmigrantes venezolanos ubicados en la ciudad fronteriza de Pacaraima, en Brasil, fueron atacados por un grupo de personas, lo que provocó que 1.200 venezolanos abandonaran el país y elevara la tensión en una región que clama por auxilio al Gobierno.

Pacaraima vivió tensas protestas, que derivaron en actos vandálicos contra los inmigrantes venezolanos que huyen de la crisis económica, política y social que atraviesa su país.

Vecinos de esta pequeña localidad de 12 mil habitantes, en el empobrecido estado de Roraima, expulsaron a los venezolanos de las carpas donde sobreviven.

Además, prendieron fuego a las viviendas temporales junto con sus objetos personales y cortaron durante cinco horas la vía de acceso al municipio, y al grito de «fuera venezolanos».

El conflicto surgió luego de la agresión de un conocido comerciante local a manos, supuestamente, de un grupo de venezolanos que intentaron asaltarlo en casa con su familia, de acuerdo con lo informado por el Gobierno de Roraima.

El alcalde de Pacaraima, Juliano Torquato, dijo a EFE que «las autoridades no se están tomando en serio la situación. Tenemos todos los servicios públicos saturados. Estamos sobreviviendo en una realidad y no sé cómo. Estamos con nuestros recursos a cero, vamos a entrar en colapso».

Por su parte, el presidente brasileño, Michel Temer, se reunió este fin de semana con varios de sus ministros, entre ellos el de Defensa, general Joaquim Silva e Luna, y de Seguridad, Raul Jungmann, para tratar el asunto.