Luego que el Presidente de la República, Sebastián Piñera, oficializara la renuncia de Mauricio Rojas como ministro de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, los partidos de Chile Vamos salieron a comentar la decisión tomada en el palacio de La Moneda.

La primera en enfrentar los micrófonos fue la presidenta de la UDI, senadora Jacqueline van Rysselberghe, quien dijo que «la situación era bastante insostenible. El Museo de la Memoria tiene un sesgo de izquierda, porque era para poder tener memoria de un momento doloroso, para no repetir errores y horrores de ese tiempo, pero parte de ese tiempo fue fruto de un Gobierno de izquierda».

En ese sentido, aseguró que «la izquierda le hace daño al Gobierno y al país. Es la venganza contra los conversos. Hicieron lo imposible, llamaron a boicot contra actividades culturales para forzar su salida».

Luego fue el turno del presidente de RN, diputado Mario Desbordes, quien planteó que «no comparto los dichos de que el Museo de la Memoria sea un montaje. He dicho muchas veces que sí tiene un sesgo. Pido a los críticos y expertos que lean el informe Rettig. A mí, que me tocó vivir y ver asesinados a mis amigos, a víctimas inocentes de la violencia política».

Por ello, pidió que «el Museo de la Memoria amplíe su mirada a las otras víctimas del mismo periodo. Si esto no le gusta a algunos, bien. Acá no se puede opinar ni hacer una crítica porque viene una horda de personas y piensan que uno critica a los derechos humanos».

Finalmente, Hernán Larraín, presidente de Evópoli, aseguró que «lo importante a observar es la renuncia de Mauricio Rojas frente al debate que se abrió» y valoró que el presidente Piñera «condenara estas declaraciones. Es importante que los chilenos recordemos que el Museo de la Memoria está presente para recordar los errores de nuestra historia, para no volver a repetirlos en el futuro».