El comportamiento sexual compulsivo podría clasificarse por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un trastorno mental, aún cuando la misma asociación no tiene claro si se trata de una adicción o un estado parecido a lo que ocurre con el consumo de drogas o al juego.

Con esto, la OMS da un paso más al reconocimiento de una enfermedad que debe tratarse, aunque de manera moderada, pues no se está equilibrando con el alcoholismo o la adicción a la heroína, por ejemplo.

De acuerdo con la terapeuta gestalt Valeria Valdes Mascort, un comportamiento sexual compulsivo sí es un trastorno mental, pues de lo contrario, a los pacientes no les resultaría tan difícil modificar su conducta. Lo mismo pasa con la codependencia y aquellos que permanecen en relaciones tóxicas durante mucho tiempo.

En el caso del sexo, y según Geoffrey Reed, experto de la OMS, existe un impulso repetitivo sexual o la urgente necesidad que provoca estrés, pero el debate está en si podría llegar a adicción o la justificación perfecta para exonerar a un violador.

«Hay gente que no controla su comportamiento sexual y sufre por ello. Es un tipo de población que tiene un problema legítimo de salud y puede acceder a un legítimo tratamiento, pero no hay excusa para la violación, de la misma manera que un alcohólico no tiene excusa de conducir en estado de ebriedad».GEOFFREY REED, EXPERTO DE LA OMS.

El cambio dentro de la lista de trastornos mentales se realizará el próximo 1 de enero del 2022, en un avance significativo a la visibilización de este trastorno, «con el objetivo de que aquellas personas que se vean forzadas a estar fuera de sus actividades comunes por padecerlo, puedan recibir ayuda», de acuerdo con el sexólogo José Cruz.

Por último, el psiquiatra Francisco Osorio considera que si bien el comportamiento sexual compulsivo sí obedece a condiciones mentales, elevarlo a un trastorno mental implicaría descartar otras condiciones relacionadas con la personalidad.

«En un violador se tendrían que evaluar los móviles o motivadores, y los motivadores de un violador no se derivan de una conducta sexual compulsiva. Ante la ley, hay trastornos mentales que en lugar de ser atenuantes son agravantes», explica.