Tras dos sesiones de amplio e intenso debate en Sala, la Cámara de Diputados aprobó, con voto de mayoría, el proyecto del Ejecutivo que establece un nuevo estatuto laboral para los estudiantes trabajadores que se encuentren cursando estudios regulares o en vías de titulación y que quieren compatibilizar sus responsabilidades académicas con un trabajo remunerado.

En ambas sesiones, los diversos discursos fueron mostrando una fuerte polarización sobre el tema. En línea con el Gobierno, el oficialismo se manifestó abiertamente a favor de la iniciativa, en particular al estimarla «una oportunidad para aumentar la empleabilidad formal de los jóvenes que estudian».

En contraposición, la oposición se declaró en contra, por considerar que el nuevo estatuto «implica una precarización del empleo y una vulneración de derechos para estos trabajadores».

La idea de legislar se aprobó por 83 votos a favor, 51 en contra y cuatro abstenciones, hecho que permitió continuar con la discusión en particular, donde se desarrollaron más de veinte votaciones destinadas a ratificar algunas normas en particular o para considerar indicaciones renovadas.

En general, las votaciones vinieron a ratificar el texto aprobado por las Comisiones. Solo un par de puntos constituyeron la excepción y afectaron a un artículo que aborda la situación del término del contrato de este estatuto especial.