La medianoche de este domingo 13 de mayo, los relojes deberán regresar en el tiempo una hora, siendo nuevamente las 23:00 horas del sábado, iniciando el horario de invierno. 

Este ajuste, impulsado por el Ministerio de Energía, que excluye a la región de Magallanes, busca aumentar el provecho de la luz natural, sin embargo, la medida puede repercutir en los hábitos de los niños.

La psicóloga del Departamento Fonoinfancia de Fundación Integra, Catalina Fellay, explicó que “la primera semana es posible que nuestros hijos presenten alteraciones normales, por ejemplo, problemas con las rutinas de sueño, alimentación o mayor irritabilidad en sus actividades cotidianas”.

Por ello, aseguró que «es necesario que como padres o tutores responsables tomemos algunas simples medidas para facilitar este ajuste en el reloj biológico de los niños».

¿Qué hacer?

La especialista planteó a los padres que “al menos dos o tres días antes del cambio es ideal que retrasemos progresivamente unos 15 minutos las rutinas de los niños, como la alimentación y los horarios para levantarse y acostarse. Es relevante que estos cambios de hábitos sean compartidos por el resto de los integrantes de la familia, así habrá un proceso integral en el hogar”.

“Al momento de conciliar el sueño, el día más complejo para nuestros hijos es el domingo por la noche, ya que se podrían incomodar por un horario que no les resulta normal. Sin embargo, estos inconvenientes deberían ir en descenso en los próximos tres días o máximo una semana”, explica.

La psicóloga de Integra, red nacional de salas cuna y jardines infantiles, llama a los adultos a tener “paciencia” y “ser ingeniosos”. “Cada niño y niña es único, por ello pueden reaccionar de diferentes maneras. Para ayudarlos podrían invitarlos a cambiar juntos el reloj o hacerles notar los cambios de luz en los horarios en que veían sus monitos”, detalla.

Por último, Fellay enfatizó que “siempre el diálogo fortalece la relación con nuestros hijos e hijas. Este cambio puede servir para explicarles la realidad que los rodea, por ejemplo, las estaciones del año, las caídas de las hojas en otoño o el aumento de las actividades al interior de la casa por la baja de las temperaturas”.