Hasta la parroquia de la Asunción de Los Andes arribaron unas mil personas que quisieron dar su último adiós a Ámbar, pequeña de tan sólo un año y siete meses que fue violada y asesinada.

Los padres, familiares, vecinos, amigos y decenas de desconocidos, llegaron al lugar portando globos blancos y rosados, para participar de la emotiva ceremonia de despedida.

Fue tal la cantidad de gente que llegó hasta la parroquia, que Carabineros debió cortar el tránsito en las calles aledañas durante el tiempo que duró la liturgia.

Luego, la multitud salió de la iglesia y caminó en caravana hasta el cementerio parroquial de Los Andes, lugar donde fue sepultado el ataúd de la pequeña, ante los gritos que exigían justicia.

Tras este momento, los asistentes encararon a la madre de la niña, a quienes la insultaron y le exigieron que se retirara del lugar, razón por la cual debió intervenir la fuerza pública.

Cabe recordar que el acusado de este brutal hecho, Miguel Espinoza (30), se encuentra recluido en la cárcel de Valparaíso, cumpliendo la medida cautelar de prisión preventiva, por un periodo de seis meses, tiempo en que la Fiscalía deberá liderar la investigación de lo ocurrido en Rinconada de Los Andes.