Las autoridades israelíes anunciaron que suspenden la recaudación de tasas municipales que habían iniciado sobre inmuebles de las iglesias cristianas en Jerusalén no dedicados al culto y crearon un comité para resolver la disputa que mantiene el Santo Sepulcro cerrado por tercer día consecutivo.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el alcalde de Jerusalén, Nir Barkat, «han acordado establecer un equipo profesional, con la participación de todas las partes relevantes, para dar solución al asunto de los impuestos municipales sobre propiedades eclesiásticas que no son centros de culto».

El comité estará encabezado por el ministro de Cooperación Regional, Tzachi Hanegbi y se reunirá con los representantes de las iglesias cristianas para tratar de zanjar la crisis que estalló el domingo con el cierre (un hecho insólito en décadas) del Santo Sepulcro, el lugar más sagrado del cristianismo.

La Municipalidad de Jerusalén había ordenado congelar las cuentas y algunos bienes de iglesias, a los que acusa del impago del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), del que estaban exentas históricamente y que ahora las autoridades de la ciudad pretendían aplicar sobre los bienes no utilizados para el culto, como hoteles, casas de peregrinos o salones.

Esta tarde estaba prevista una marcha de protesta por el barrio cristiano de la Ciudad Vieja de Jerusalén -en el este de la ciudad, ocupado por Israel desde 1967- hasta el Santo Sepulcro, cuyo cierre ha dejado sin poder verlo a multitud de peregrinos y turistas que habían viajado a Tierra Santa para visitarlo.

(EFE)