Magistrales grabados del artista español Pablo Picasso y las esculturas geométricas iluminadas del francés Alain Tergny forman parte de las exposiciones que atraen a decenas de visitantes cada día en la Sala Viña del Mar, ubicada en avenida Arlegui 683.

La muestra de Picasso recorre el mundo imaginativo de uno de los mayores artistas del siglo XX cuya influencia no ha sido superada, ya que marcó el camino de casi todos los artistas modernistas en la pintura y también las más diversas corrientes creativas, como el teatro y la música.

Ambas colecciones corresponden a la etapa final del español. «La gente está acostumbrada a ver esos Picasso que vienen de las décadas del ’10 y los ’20, donde eminentemente se transforma en un artista geométrico», comentó Jorge Salomó, gerente de la Corporación Cultural de Viña del Mar.

A partir de la década del ’30 -tras el término del periodo entre guerras y en el auge de la Guerra Civil Española-, la ruptura dramática, desde el punto de vista ideológico que va a tener Picasso con lo que pasa en España, lo lleva a incorporar el lenguaje surrealista, especialmente por su gran admiración por André Bretón.

A su vez, la exposición “Laberintos geométricos” del artista francés Alain Tergny, es una innovadora muestra de esculturas en acrílico que aborda las diversas posibilidades del cubo.

Tergny vivió en primera persona la eclosión del arte cinético en París, eran los años 70 y su obra abstracta se encaminaba hacia lo concreto y cinético. Desde entonces, no ha dejado de experimentar con diversos materiales para dar con los movimientos precisos que le exige a sus piezas volumétricas.