En el Reino Unido se ha presentado un caso inusual con el ministro de Desarrollo Internacional e integrante de la Cámara de los Lores, Michael Bates, quien llegó dos minutos tarde a una sesión parlamentaria en la que debía comparecer. Ante esa situación aseguró que le dio vergüenza y decidió renunciar a su trabajo.

Bates consideró su propia tardanza como una descortesía con el resto de sus colegas ya que “no estaba en el lugar de trabajo para responder a sus preguntas”. Ya que el funcionario debía responder algunos cuestionamientos a nombre del Gobierno.

Al mismo tiempo que ofrecía disculpas en la Cámara, recogió sus pertenencias y aseguró que presentaría su renuncia a la primera ministra con efecto inmediato.

Muchos de los integrantes de ese órgano legislativo miraban sorprendidos la escena, sin creer que Bates fuera a renunciar, mientras otros le pidieron que no lo hiciera. Ya algunos integrantes del gobierno se han comunicado con él para que no haga oficial su anuncio.