El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, fue recibido este lunes por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en Jerusalén, ciudad que el Gobierno de Donald Trump acaba de proclamar como capital del país, a pesar de que todas las naciones del mundo reconocen a Tel Aviv.

A su llegada a Jerusalén -ciudad que también reclama Palestina-, Pence dijo que es un honor “visitar la capital de Israel, Jersalén”, convirtiéndose en el primer funcionario de alto rango de su país en visitar esa ciudad, considerada santa por tres religiones, y desatando una ola de críticas y protestas locales e internacionales.

Al respecto, Pence anunció ante el Parlamento israelí que la embajada de Estados Unidos en Israel se trasladará de Tel Aviv a Jerusalén y abrirá para finales de 2019, antes de lo planeado.

Por su parte, el premier israelí dijo que «es apropiado que sea el primer vicepresidente estadounidense que hable en la Knéset en Jerusalém. Adecuado, porque ningún vicepresidente estadounidense ha tenido un mayor compromiso con Israel y su pueblo”.

“Como congresista, usted fue inequívoco en su apoyo a Israel. Como gobernador, usted firmó el proyecto de ley anti BDS más duro en Estados Unidos, y como vicepresidente se ha puesto de parte del presidente Trump para hacer que la alianza entre EE.UU. e Israel sea más fuerte que nunca», cerró Netanyahu.