Con gran participación de vecinos, dirigentes y usuarios partieron los Conversatorios de Salud en los diferentes Centros de Salud Familiar (Cesfam) de Valparaíso, instancia participativa que va a permitir elaborar el Plan Comunal de Salud 2018-2020 y que se realizará en dos etapas.

La primera arrancó este fin de semana en el Reina Isabel, Barón, Esperanza, Placeres, Placilla, Quebrada Verde, Marcelo Mena, Padre Damián y Las Cañas. Y la segunda será el sábado 27 de enero de 9:30 a 13:00 horas, para los Cesfam Cordillera, Puertas Negras y Rodelillo.

El director del área Salud de la Corporación Municipal de Valparaíso (Cormuval), Alejandro Escobar, indicó que «estos encuentros tienen tres ejes: el primero está dado por una línea de economía en Salud como por ejemplo la Farmacia y la Óptica Popular, el segundo por la gestión de calidad asistencial, y el tercero por la participación».

Pero estos encuentros no sólo son para plantear la problemática que presentan los centros de salud, sino más bien para analizar y reflexionar sobre cómo el entorno y las condiciones de vida afectan la salud.

Victoria Basualto, vecina de Rodelillo, calificó como «valorable» el hecho que «uno pueda expresar lo que necesita para toda la comunidad. La gente quiere hartos proyectos, pero la idea es enfocarse en uno que es prioridad».

Metodología participativa

De acuerdo a lo señalado por el subdirector de Participación Comunitaria del Área Salud de la Cormuval, Leandro Poblete. Estos encuentros obedecen a un proceso de planificación que comenzó en el mes de octubre con la aplicación de una encuesta comunal.

“En base a las respuestas se armaron estas jornadas territoriales, para que desde ahí, la comunidad tuviera una participación más crítica y reflexiva, en grupo y de manera lúdica. Para finalmente, llegar a tomar una decisión. Se suma la intención de abrir los espacios, como los Cesfam, e involucrar, aún más, a los equipos de salud con la comunidad”.

En esa línea, la directora del Cesfam Esperanza, Deysi Zamorano, señaló que “un aspecto positivo fue la calidad de la participación, ya que la metodología permite trabajar de forma amena y lúdica. Los asistentes pudieron dar su opinión y al mismo tiempo, aprender. Es bueno que los usuarios colaboren en la co-construcción de la solución”.