Jeanette Zurita, la interna del Centro Penitenciario Femenino de San Joaquín que habló en representación de sus compañeras, le pidió al Papa Francisco que interceda para que el sistema de justicia modifique las condenas a las madres de menores de edad, y para que puedan pagar su deuda con la sociedad sin descuidarlos ni abandonarlos.

A través de un discurso de bienvenida, la reclusa le relató al Santo Padre todo lo que deben vivir a diario al interior de la cárcel de la capital, donde lo más dolorosa -dijo- es estar alejados de sus hijos.

«Se sufre, y aún más fuerte es el dolor de estar lejos de los hijos. Muchos de nuestros hijos quedan solos, los más afortunados quedan con las abuelas y otros tantos pasan al Sename», dijo Zurita.

Y agregó que «es desgarrador saber que algunos de nuestros hijos han sido abusados. Sabemos que nuestros hijos nos esperan con la misma ilusión que la que tenían el mismo día que fuimos separados».

Finalmente dijo: «Papa Francisco, pedimos perdón a quienes hemos herido con nuestros delitos. Sabemos que Dios nos perdona, pero también pedimos perdón a la sociedad».