Se acerca el periodo en que las instituciones de educación superior, tanto profesionales como técnicas, empiezan a exigir a sus alumnos que están por egresar, demostrar sus competencias en el mundo laboral, realizando la práctica profesional de tres meses que les permitirá aplicar todos los conocimientos adquiridos.

Sin embargo, los expertos en reclutamiento de la empresa Michael Page, señalan que el  modelo de prácticas en Chile no permite que el alumno aprenda y genere compromiso con la empresa, lo que trae como consecuencia que sólo el 20% de los estudiantes generen continuidad laboral en la compañía.

De estos, los rubros más atractivos son los de consumo masivo, industriales y consultoría, y quienes se quedan trabajando parten ganando un promedio que va desde $800.000, $900.000 y $700.000 respectivamente.

Carla Guillén, consultora de la empresa, indicó que «el modelo chileno de prácticas es muy poco eficaz, considerando que en dos o tres meses que dura este proceso es muy difícil los estudiantes generen un lazo fuerte de compromiso y responsabilidad con la labor encomendada”.

Guillén agregó que «las prácticas son sin duda la mejor herramienta para completar la formación del estudiante, sobre todo si se realizan en una empresa que valore el aporte que puedan realizar, y el mismo alumno aprecie lo que le puede entregar esta experiencia en su desarrollo profesional, como en los modelos extranjeros».

Según la consultora en reclutamiento, un modelo eficiente es que las prácticas laborales tuviesen una duración mínima entre ocho a doce meses, logrando que las empresas tomen mayor valor sobre el potencial que les pueden ofrecer los estudiantes en práctica. Aseguran que para que esto ocurra, es necesario que los practicantes experimenten los procesos reales de las empresas.