Dinamarca goleó en Dublín por 5-1 a Irlanda y se transformó en el 30º clasificado a la Copa Mundial 2018.

Christian Eriksen, con una brillante actuación y un triplete, fue la gran figura del encuentro, que se jugó el martes 14 de noviembre en el Aviva Stadium.

El conjunto danés llega así al quinto Mundial de su historia, un camino en la máxima competición de selecciones del mundo que también se inició casualmente en Dublín, exactamente hace 32 años y un día, cuando vencían casualmente 4-1 a Irlanda, clasificando para su primera Copa del Mundo.

Partido

No comenzó nada bien la noche para los de Åge Hareide: tiro libre en contra, Nocolai Jorgensen que pifia y la pelota que le cae justita a Shane Duffy y lejos de la salida de Kasper Schmeichel. El 20 cabeceó suave e Irlanda conseguía la ventaja (1-0, 6′).

Pero los daneses comenzaron a inclinar la cancha y, tras una par de grandes intervenciones de Darren Randolph, llegaron a la igualdad gracias a una definición sucia de Andreas Christensen dentro del área chica que pegó en el palo, rebotó en la rodilla de Cyrus Christie y se metió (1-1, 29′).

En seguida, una contra letal dibujada por Jorgensen, Yussuf Poulsen y Eriksen terminó con un zurdazo formidable del 10 que se clavó arriba (1-2, 32′).

En ese juego, emergió la figura de Eriksen para meter otros dos zapatazos formidables: primero encontrando el ángulo derecho de Randolph desde fuera del área tras una buena jugada de ataque (1-3, 63′). Después, aprovechando un error en el despeje de un defensa irlandés, que dejó la pelota muerta en el área y Eriksen facturó con un sablazo (1-4, 74′).

A poco del final, Nicklas Bendtner cerró cifras con un tiro penal (1-5, 90′).