Ejerciendo su rol de protección de las fronteras y de la ciudadanía como primera barrera de entrada al país, durante los últimos años el Servicio Nacional de Aduanas ha maximizado sus esfuerzos para enfrentar una de las formas más complejas de traficar drogas: a través de “correos humanos” que ingieren ovoides con cocaína para esconderlos en su estómagos.

Para el 2017, a la fecha, estas cifras muestran una tendencia al alza, ya que la cantidad de procedimientos aumentó 19% llegando a 205, los que corresponden a casi 11 mil unidades de ovoides con más de 125 kilos de cocaína. La cantidad de personas involucradas también aumentó en un 28%, sumando 343 las detectadas sólo este año. El 2016 Aduanas interceptó 13.976 ovoides, equivalentes a más de 163 kilos, con 247 involucrados y 167 procedimientos exitosos.

 

“Dentro de los riesgos que hemos podido ir levantando y como modus operandi, nos hemos encontrado con organizaciones de narcotraficantes que utilizan el correo humano o burreros, personas que ingieren ovoides con cocaína. Es una forma bien increíble de ocultamiento y de difícil detección, pero las capacitaciones que hemos desarrollado nos permiten hoy día tener muy buenos resultados en ese sentido”, explica el Subdirector de Fiscalización de Aduanas, Javier Uribe.

 

Éste es uno más de los varios tipos de formas se ocultamiento que habitualmente detecta Aduanas y se concentra especialmente en los pasos fronterizos y avanzadas aduaneras de las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá y Antofagasta, involucrando a ciudadanos de Bolivia y Perú y en menor medida a chilenos.

 

“Somos muy certeros y efectivos porque leemos muy bien el comportamiento de la persona y porque además trabajamos muy bien el análisis del riesgo. O sea, nuestros hallazgos no son revisiones aleatorias, responden a un patrón o perfil trabajado de manera anticipada”, destaca Uribe, detallando que en esto es clave la capacitación y la experiencia de los fiscalizadores.

A través de estas detecciones, Aduanas junto con proteger a la ciudadanía al evitar que la droga llegue hasta los consumidores, también se preocupa de las personas que son usadas como correos humanos –también denominados “tragados”- ante el riesgo que corre su salud por la eventualidad que alguno de estos ovoides se reviente en su estómago.

 

El Subdirector de Fiscalización agrega que “los funcionarios que desarrollan estas labores forman parte de las unidades de drogas que tiene Aduanas, que son muy completas e incluye los binomios caninos más la tecnología no invasiva, que son los camiones escáner, portales y equipamiento menor. Tenemos un centro de entrenamiento en Santiago donde desarrollamos la preparación simulando situaciones reales, transmitimos la experiencia y además estamos siempre estudiando nuevas metodologías que nos permitan ir avanzando e intercambiamos experiencias con otras instituciones como las policías, pero nadie tiene un avance tan importante en esto como nosotros”.