El Ministerio de Salud inició una campaña de prevención y diagnóstico precoz del VIH / Sida.  Esta campaña se produce en forma reactiva a la difusión por parte del Programa de Sida de Naciones Unidas, ONUSIDA, del documento: Puesta al día mundial del SIDA, 2017

En el capítulo destinado a Latinoamérica, se muestra que algunos países han sido exitosos en reducir las nuevas infecciones, otros han tenido aumentos escasos o moderados, mientras Chile aparece destacado como el país con el mayor incremento en los nuevos casos (34%) entre 2.010 y 2.016.

Este aumento da cuenta de deficiente prevención: a nivel masivo, sin campañas comunicacionales que generen alerta social, discusión y reflexión; permitiendo a la persona acercarse a la prevención; poner al alcance de quienes lo requieran modelos de prevención, e implementos para ponerla en práctica, tales como los preservativos,  cuya oferta gratuita es insuficiente; y finalmente,  conseguir que se lleven a cabo cambios conductuales consistentes, que permitan a la persona mantenerse sana.

Este largo camino de la prevención no está disponible ni en magnitud, ni en la especificidad que requieren las distintas poblaciones, ni se hace cargo del hecho de ser un fenómeno permanente, en que cada año inician su vida sexual nuevas poblaciones, que tienen el derecho iniciarla en forma sana.

Este énfasis en la salud sexual no se ha logrado, y ya habíamos tenido señales de alarma en ese sentido, como es el aumento de otras infecciones de transmisión sexual. 

El problema entonces además de la falta de prevención no está en los tratamientos, sino en la oportunidad del acceso a éste; y en la accesibilidad al examen, que explica también un 43% diagnósticos tardíos.

En la historia de la Salud Pública nuestro país ha sabido responder a grandes desafíos, lo que debe darnos impulso para responder hoy en conjunto con toda la sociedad. No podemos aceptar retroceder de esta forma y comprometer el futuro de los y las jóvenes, los más afectados por este aumento de la epidemia.

No es el momento de lamentarse o buscar culpables, es la hora de movilizarse, de pedir acceso a la información, de estudiar los condicionantes que tiene hoy día este incremento y diseñar una respuesta adecuada y sobre todo, de actuarla.  Es una tarea de la que nadie puede excluirse, a la que nos debemos sentir convocados.

Doctora Annabella Arredondo

Epidemióloga, especialista en Salud Pública, Docente Universidad Andrés Bello