Un sismo 5,9 el día sábado y otro 6,9 el domingo en la zona central hicieron que el Centro Sismológico Nacional llamara a la población a estar preparada para un movimiento de mayor magnitud, advirtiendo que un terremoto 7.5 “puede producir daño local muy importante en cualquier parte de Chile”.

Al respecto, la especialista en ingeniería sísmica y académica de la Universidad de Santiago de Chile, Paulina González, afirmó que “la probabilidad es baja”.

De acuerdo a la experta, los terremotos más fuertes en la zona han ocurrido en 1575, 1647, 1730, 1822, 1906 y 1985. Por lo tanto, “la historia sísmica indica que en la zona se produce un terremoto de magnitud 8.0 cada 85 a 90 años”, afirma. En ese sentido, desde el último gran movimiento solo han pasado tres décadas.

Además, señala que “durante el periodo entre un movimiento grande y otro hay temblores como este. También hubo en 1965 y 1971, por ejemplo”. Por eso, califica los actuales sismos como “normales en la zona de subducción entre la placa sudamericana con la placa de Nazca. Está dentro de lo esperado en esta zona del país y no es nada raro”.

No obstante, reconoce que “puede haber un evento que nunca haya ocurrido y que tenga un periodo de retorno de cientos de años, que no lo conocemos”.

“Lo que ocurre es que Chile es un país sísmico y siempre vamos a estar sometidos a terremotos”, explica González. Por lo tanto, señala que “tenemos que estar siempre preparados y alertas a que ocurra algo más grande de lo que ha ocurrido”.

“No es posible decir que no va a ocurrir. Existe una probabilidad, pero es pequeña porque ya hubo uno de magnitud siete, que es lo que ocurre en esta misma zona cada 10 o 20 años”, insiste.

Relación entre sismos del sábado y el lunes

Para la académica del Departamento de Ingeniería en Obras Civiles de la Universidad de Santiago, la única vinculación entre ambos movimientos “es que están ubicados en la misma zona geográfica” y “en la misma zona de la falla que provocó el terremoto de 1985”.

No obstante, descarta que esto sea parte de un enjambre sísmico, ya que “hubo sismos premonitores del 5,9, pero fueron en un día. Los previos fueron precursores y los posteriores, réplicas. El último que ocurrió fue casi 7,0, lo que quiere decir que es otro evento principal, que tiene sus precursores y que ahora también está teniendo sus propias réplicas”.