El pastor Javier Soto volvió a increpar al dirigente del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), Rolando Jiménez, gritándole con megáfono en mano “sucio”, “pervertido” y “abusador de niños” en el frontis del Congreso Nacional.

Jiménez, que asistió al Congreso Nacional para hacer gestiones a favor de la Ley de Identidad de Género, fue perseguido durante varias cuadras por el predicador evangélico, quien delante de los transeúntes calificaba al activista gay de “demonio asqueroso” y de ser responsable de “engañar a los niños con las sucias leyes que promueve”.

A la par, el fanático lanzaba a Jiménez panfletos donde se indicaba que la Ley de Identidad de Género “es un doctrina de demonios. Es un conjunto de ideas falsas que busca manipular y engañar la mente de los niños promoviendo la homosexualidad (…), violentando psicológicamente la inocencia de los niños, estropeando su sano desarrollo”.

Esta vez, Jiménez denunció los hechos a carabineros, los cuales lograron controlar a Soto, además de pasarle un parte por ruidos molestos.

“Además estamos evaluando seriamente presentar nuevas acciones legales contra Soto. La primera vez logramos que fuera condenado a 300 días de pena remitida, así como inhabilitado para el ejercicio de cargos públicos,  por  sus discursos de odio y promotores de la violencia. Dada su insistencia homofóbica, creemos que este sujeto debiese ahora ir a la cárcel efectiva, lo cual sería posible esta vez por ser un reincidente de un mismo delito”, puntualizó el presidente del Movilh, Rolando Jiménez