La Cámara de Diputados aprobó hoy la reforma al Código de Aguas, en una sesión de más de seis horas, durante el primer trámite constitucional y ante la presencia del Ministro de Obras Públicas, Alberto Undurraga, y de Agricultura, Carlos Furche,  y el Director General de Aguas del MOP, Carlos Estévez.

La Reforma, según explicó el Ministro Undurraga, “tiene cuatro principios básicos: el primero de ellos es que el agua tiene un uso prioritario que es el consumo humano, y esto que es obvio no estaba en la ley. Segundo, es que aquellos que están utilizando bien los derechos de agua, mantienen esos derechos y por lo tanto la actividad productiva en la  minería, la agricultura, en la energía, en la industria, se mantiene. El tercer principio es que aquel que acapara derechos de agua para no utilizarlos pasado cierto tiempo se extinguen, caducan esos derechos y vuelven a la cuenca para que los usen aquellos que sí los necesitan. Y el cuarto principio es cuidar el medio ambiente, cuidar las cuencas de los ríos”.

El titular de Obras Públicas precisó que “estos cuatro principios fueron iluminadores de un proceso que pasó por tres comisiones en la Cámara de Diputados, la de Recursos Hídricos, la de Agricultura y la Hacienda, y hoy ha sido aprobado en una maratónica sesión y estamos muy contentos por ello”.

“Hemos dado un paso importante con un amplio apoyo, con una votación transversal unánime en muchos artículos, y en los que había diferencia con la Nueva Mayoría votando disciplinadamente, que es lo que da cuenta del trabajo que veníamos haciendo”, puntualizó el Ministro de Obras Públicas.

El Ministro de Agricultura, Carlos Furche, dijo que “desde el punto de vista del sector agrícola, este es un proyecto muy importante porque si hay un dato crucial para la agricultura hoy y en el futuro, es nuestra capacidad de adaptarnos al cambio climático, y esa capacidad de adaptarnos al cambio climático depende que hagamos una buena gestión de los recursos hídricos”.

El Director General de Aguas del MOP, Carlos Estévez, precisó que “la mayor parte de los diputados entendió la necesidad de lograr un equilibrio entre el acceso al agua y saneamiento para la población, el uso productivo del recurso y su preservación ecosistémica.  Además, quedó claro que tras la reforma no se esconde ningún ánimo expropiatorio y que los derechos de agua constituidos con anterioridad se mantienen”.