Una serie de diligencias realizadas por detectives de la Brigada de Investigación Criminal de la Policía de Investigaciones de Chile permitieron esclarecer el robo de oro  y joyas que afectó a una céntrica joyería ubicada en San Felipe por un monto cercano al millón y medio de pesos.

De acuerdo a los antecedentes, el hecho se produjo cuando la propietaria del local se percató de la ausencia de diversas placas del preciado metal, motivo por el cual procedió a poner una denuncia en que señalaba desconfiar de una dependiente del lugar.

A partir de esto, los oficiales de la PDI procedieron a realizar diversas diligencias que incluyeron revisiones de las cámaras de seguridad, las que permitieron identificar a la autora del ilícito junto a una segunda persona que se encargaba de reducir el oro.

La principal implicada en el hecho llevaba dos años  trabajando en el lugar, y aprovechando la cercanía que se había generado con la dueña, sabía donde se guardaban las placas por lo que procedía  a cortarlas y luego a entregarlas a una amiga, que previo pago de 10 mil pesos, las llevaba hasta el único lugar de compra y venta de oro en la zona para realizar la transacción.